Mi distinguido amigo, le pido unos pocos minutos de su tiempo para poderle contar una historia hermosa. Vengo a decirle como puede ser salvo e irse al cielo algún día. Hace muchos años Dios nos envió a su Hijo Jesucristo a este mundo para morir por nuestros pecados.
Juan 3:16, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Jesucristo pagó el precio que usted y yo debemos por ser pecadores. Para que vayamos al cielo, tenemos que reconocer que somos pecadores y que nuestras obras buenas no son suficientes para salvarnos.
Romanos 3:23, “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,”
Efesios 2:8-9, “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”
Sabiendo que no podemos salvarnos a nosotros mismos, hay que reconocer que el castigo de Dios está sobre nosotros. La paga por nuestros pecados es la muerte. Este versículo habla de la muerte espiritual que nos separará del Dios que nos ama.
Romanos 6:23, “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
La muerte en este sentido es lo que nos manda al infierno. Es importante saber que Dios nos ha dado un Salvador. El que murió por nuestros pecados es Jesucristo y es a El que debemos irnos por refugio de la ira de Dios. La segunda parte del versículo anterior nos explica que Dios nos quiere dar una dádiva o en otras palabras un regalo. Este regalo es vida eterna que viene por medio de Cristo Jesús Señor nuestro. Hay muchos que acuden a otras personas tratando de lograr la vida eterna por sí mismos pero no se puede porque hay un solo mediador entre Dios y los hombres.
1 Timoteo 2:5-6, “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.”
Jesucristo murió, fue sepultado, y se resucitó al tercer día y ahora está sentado en la diestra de Dios. Si vamos a ir al cielo algún día, debemos irnos a Cristo para que nos salve.
Hechos 4:12, “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”
Siendo pecadores, Dios quiere que le pidamos perdón por nuestros pecados.
1 Juan 1:9, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”
Mi amigo, la Biblia nos explica todo lo que Dios quiere de los hombres. Si le pedimos perdón, Dios nos perdonará. Si le pedimos que nos haga hijos de Dios, lo hará.
Juan 1:12-13, “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.”
Si a usted le gustaría ser salvo y estar seguro de que cuando se muera que va a ir al cielo, le invito que ore con todo su corazón esta pequeña oración para aceptar a Cristo como su Salvador y Señor.
Ore así:
“Señor Jesucristo,
Soy pecador y lo reconozco. Se que mis pecados me separan de ti y me mandan al infierno. Te pido que me perdones de mis pecados. Señor, yo creo que tú moriste por mi en la cruz y que fuiste sepultado y que al tercer día te resucitaste de entre los muertos. Ahora vives y reinas para siempre en el cielo. Te pido que me salves y que me hagas hijo de Dios para que yo vaya al cielo algún día. Yo pongo mi fe en ti ni en nadie más ni en nada más para la salvación. Gracias Señor por perdonarme, por salvarme, y por hacerme tu hijo. Dame la fe y la fuerza para vivir por ti todos los días de mi vida. En tu nombre Jesucristo, te lo pido, Amén.”
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